Sunday, May 4, 2014

El Grimorio

de Enrique Anderson Imbert

Este es un cuento borgeano que me ha intrigado durante muchos años. Cada cierto tiempo tengo ganas de releerlo para mantenerlo vigente en mi mente. Esto se debe principalmente al concepto mismo del grimorio. Tienes que leértelo de corrido, de una  vez, sin parar, y al terminarlo por primera vez, tienes que comenzarlo de nuevo, pero no para leer la misma historia, sino otra.

El lector del grimorio es un tal Profesor Rabinovich un judío con un apellido inconfundiblemente judío. Curiosamente este libro se trata del Judío Errante y su vida a través de los siglos. Si el lector fuera católico, ¿el protagonista hubiera sido judío igual o quizás un cruzado u otro personaje cristiano? No se sabe porque es parte de la magia del cuento. Este profesor encuentra este extraño libro camino a su casa - está a punto de salir de vacaciones, pero con este hallazgo, cambia sus planes.

Me puse algo incómodo cuando el Judío Errante empezó a hablar de Jesucristo y que no era tan "elegido" como dice la Biblia y que el Judío Errante tenía poderes no reconocidos por la gente. Me dio una sensación parecida, por razones distintas, cuando apareció Jesucristo en El Caballo de Troya de J.J. Benítez.

Por otro lado, me gusta que este cuento se haya tratado de judíos ya que son una minoría, pero una minoría importante e influyente en Latinoamérica. No toda la literatura latinoamericana debe ser "criolla" o "autóctona" para ser válidamente latinoamericana.

Volviendo a la forma del libro, que es lo que me atrae tanto, ¿acaso el grimorio no simboliza todos los libros? Si uno comienza una novela, lee diez páginas, después suena el teléfono y tiene que almorzar o qué sé yo, difícilmente se va a acordar de todo y para acordarse fielmente de todo, tendría que recomenzar el libro. Lo otro que recalca el cuento es un libro representa una obra distinta para cada lector porque todos interpretamos una obra de distintas maneras.

Wednesday, April 2, 2014

Yo, el escritor que sostiene la pluma austral...


Hola lectores de novelas, de ficciones, de cuentos - de la maravillosa lengua castellana. Permítanme presentarme: me llamo Reed James, estudié español y alemán en la universidad y hace casi 19 años atrás hice un viaje de 10.352 kilómetros de mi ciudad natal de Seattle, Washington, EE.UU. a Santiago Chile. Partí acá haciendo clases de inglés a chilenos, santiaguinos, vecinos del otrora Santiago de la Nueva Extremadura y ahora soy traductor por la comodidad de la tecnología y el placer de aprender cada día nuevos términos y conceptos.
Mi lengua materna es el inglés y lo será siendo mientras esté vivo. Pero comencé mi fascinación por los idiomas, y, por cierto, por el castellano a la edad de 12 años. Mi primera profesora de castellano era cubana, oriunda de Palma Soriano. Ella, por suerte, se percató de mi interés y habilidad para los idiomas y me dio todas las facilidades imaginables para aprender todo lo que pudiera. Y así fue. Después tuve la gran suerte de viajar a Costa Rica por 5 meses en un intercambio cuando tenía 15 años. Allí fue cuando comencé a hablar, pensar y hasta soñar en castellano-un castellano centroamericano, un castellano donde todo el mundo se trata de usted, salvo en algunas instancias donde se ocupa el vos, un dialecto cuyo saludo predilecto es "¡Puravida!"

Y finalmente vine a Chile donde me casé y formé una familia. Se puede decir que eché raíces-raíces quizás no tan profundas como las de una especie autóctona, pero raíces al fin y al cabo.

En este blog voy a hablar de literatura Española y latinoamericana-lo que me gusta de ella y también lo que definitivamente no me gusta. Uds. son libres de comentar, y obviamente está de más decirlo, según las buenas costumbres que seguramente observan como los lectores cultos que son.